Los personajes del cuento son tres cerditos: Prático, Héctor y Cícero. Cícero, el más perezoso, no quería cansarse y construyó una choza con bambú, paja, heno y montones de barro. Héctor decidió construir una choza de madera sin usar los clavos de acero necesarios, mientras que Prático optó por una casa más estructurada con cemento, ladrillos, piedra y vidrio. Como su casa tardó más en construirse, Prático solía ver a sus hermanos divertirse mientras él se esforzaba por terminar la obra.
Un día, un lobo apareció y llamó a la puerta de la choza de paja de Cícero, donde se escondió. Pero el lobo, con un fuerte resoplido, destruyó la choza. Mientras Cícero huía, el lobo salió y llamó a la puerta de Héctor y, con dos fuertes resoplidos, destruyó también la choza de madera.
Héctor huyó a la casa de Prático, donde Cícero se reunió con el dueño. El lobo fue entonces a casa de Practical y sopló, sopló, sopló, pero no pudo derribarlo. Tras muchos intentos, decidió esperar hasta el anochecer.
Al caer la noche, el lobo intentó entrar en la casa bajando por la chimenea, pero empezó a oler algo quemado. Una sartén le quemaba la cola. El lobo huyó asustado y nunca regresó, y vivieron felices para siempre.